La Espiral Existencial

Othón Osorio • 5 de diciembre de 2019

La Espiral Existencial


En una nota titulada Fenomenología por Zubiri, leí: "De hecho, en Cinco Lecciones de Filosofía, Zubiri dedica a Husserl la lección final planteando el problema filosófico, la posibilidad de la filosofía como ciencia y el problema filosófico radical: la realidad es relativa a la esencia.” (p. 4)  Pero, ¿qué es, cómo se define, y quién define la esencia? - Depende del observador.  Por tanto, no existe la esencia per se, si no más bien lo que el observador concluye de ella, en base a su interpretación de la realidad.  En ello, no únicamente influye su experiencia, sino también su información genética y sus creencias fundamentales (con las fuerzas entrópicas que le acompañen; esto es, su propios centros gravitacionales existenciales). Por tanto, la realidad que nos sorprende es un reflejo de si misma, una iteración constante que se replica en ciclos que se expanden al ritmo en que se expande la consciencia. Y que al hacerlo, retroalimenta al observador, nutre su experiencia y modifica, si acaso, su propia información y creencias.

Metafóricamente, esta expansión sería el equivalente a un salto cuántico, el paso de un electrón al siguiente nivel de energía. Este salto, el de la consciencia, no se da en la discontinuidad, aunque si presenta múltiples posibilidades, y de ahí que la realidad nos “sorprenda". Se da más bien en un continuo, se da en una espiral logarítmica, personal, única, en una sucesión Fibonacci, en donde la experiencia sumada a las anteriores, no da una unidad más de consciencia, sino la integración de todas ellas. Y es la posibilidad a la que nos asomamos, con sus fuerzas entrópicas, la que le da ritmo, secuencia, forma y velocidad a nuestra propia espiral existencial. Estas fuerzas entrópicas actúan como centros gravitacionales que acentúan la perspectiva desde la cual se coloca el observador, dando pie entonces a los ciclos de reparar o repetir.

Si esto lo extrapolamos y los trasladamos a la consciencia colectiva, entonces tenemos que la esencia de nuestra realidad, es la integración de todas las consciencias, cuya resultante será también la consolidación de las experiencias colectivas desde la perspectiva de cada observador. Que, a su vez, coloca en perfecta armonía el, aparentemente disonante, caos que genera el movimiento que da luz, razón y sentido a nuestra existencia, en el todo.